Italia: la región de Lombardía – parte 2
May 13, 2018

Como dijimos en el post anterior, después de la visita a los lagos con Montse y Enrique, nos dirigimos a Bormio donde Tom iba a realizar un reportaje sobre la celebración de Semana Santa llamada Pasquali. La verdad es que lo que empezó como una visita de trabajo acabó siendo una de las mejores experiencias hasta el momento.
El pueblo, en medio del privilegiado entorno de los Alpes, es maravilloso. Pero lo que hace que los momentos queden grabados en la memoria son las personas. En este caso, Consuelo y Claudio tienen el mérito. Consuelo, fue una estupenda anfitriona e hizo posible que Tom conociera en primera persona el proceso de preparación del evento y a la gente que le pone alma. Y Claudio, nos salvó la vida (quizás literalmente…) porqué llegamos a Bormio con una avería en los frenos de la autocaravana y él hizo lo imposible por solucionarnos el problema. No sólo buscó por toda Italia si podía conseguir la pieza que necesitábamos, sino que nos “hospedó” en el parking de su garaje durante toda nuestra estancia (que al final fue de 10 días), trabajaba por las noches, bajo la lluvia e incluso nos explicó anécdotas de su vida (en italiano claro..). Al final no pudo conseguir la susodicha pieza pero nos hizo un arreglo de “emergencia” que de momento nos ha llevado hasta Eslovenia. Esperamos encontrar la solución definitiva en Alemania en las próximas semanas. Por todo esto, aprovechamos para agradecer, una vez más, toda la colaboración de Consuelo y Claudio.
En cuanto al Pasquali, que es lo que nos llevó inicialmente a Bormio, debemos decir que nos sorprendió gratamente. Todo el pueblo, desde pequeños hasta ancianos se implica en cuerpo y alma en este acontecimiento. Se celebra el domingo de Pascua y consiste en una procesión de pasos con representaciones de temática religiosa hechas a mano por los participantes, principalmente utilizan madera pero también incorporan otros elementos como hierro y flores.
Cada Pasquali está hecho por un grupo de personas diferente y al final de la procesión un jurado determina quienes son los ganadores. Cada equipo está formado por hombres, que normalmente son los que cargan los pasos, y también por mujeres y niños que les acompañan durante la procesión cargando obsequios (que ellos mismos han preparado) para repartir posteriormente entre los asistentes.
Explicado así podría parecer que es una procesión más de Semana Santa de las que estamos acostumbrados a ver en España, por ejemplo. Pero la realidad es que no es así, tanto los pasos, como los vestidos tradicionales de los participantes y el encanto del entorno le dan un carácter diferente y especial. Además, el hecho de que los pasos sean realizados íntegramente por los participantes de cada grupo, les hace sentir muy orgullosos y también les da un valor añadido.